Donald Trump quiere sacar provecho de la venta forzada de TikTok, la app de vídeos de propiedad china que EEUU quiere obligar a vender a una empresa estadounidense bajo amenaza de bloquearla y quebrarla. Si el domingo ya dio marcha atrás en su intento de prohibir esta plataforma en Estados Unidos por razones de seguridad nacional y dio el visto bueno a la compra de la rama estadounidense, tras una conversación telefónica con Satya Nadella, jefe ejecutivo de Microsoft, este lunes Trump puso sus condiciones. Da de plazo hasta el 15 de septiembre y quiere que el gobierno de Estados Unidos reciba una “buena” compensación.
Remarcó que ese plazo está vigente “para Microsoft o cualquier otra compañía americana” que la adquiera. Si no hay trato, entonces se activaría de nuevo la posibilidad de que firme una orden ejecutiva para vetar el funcionamiento de una plataforma que cuenta con 100 millones de usuarios en el país. “Una porción importante de esa operación debería ir a las arcas del Tesoro de EE.UU”, insistió.
“Es un trato justo”, recalcó. “Hemos hecho posible el éxito de TikTok”, insistió. En buena parte puede atribuirse la implantación de esa app y su creciente fama. Muchos de sus declaraciones o de sus respuesta en sus comparecencia de prensa –cómo olvidar sus inyecciones de lejía para atacar el coronavirus- han sido la materia prima esencial para consolidar la fama de la escritora y comediante Sarah Connor, en cuyos vídeos parodia a Trump usando lo que él dice y poniendo mímica.
El caso TikTok manifiesta una vez más la volatilidad del presidente estadounidense y la poca seriedad de los postulados de EEUU con relación al libre comercio y otros temas. Mientras Tiktok y su empresa matriz no hicieron sombra a los gigantes estadounidenses, no pasó nada, pero una vez alcanzaron los primero lugares al gobierno de Trump no le quedó otra que recurrir a la práctica totalitaria y opaca de acusar ameanzas a la seguridad nacional para tratar de frenar el ascenso de las tecnológicas chinas de las cuales Tiktok y Huawei son solo la punta del iceberg . El viernes aseguró a los periodistas que en cualquier momento a partir del sábado podía decretar la prohibición de esa plataforma. La Casa Blanca recela de que esa red social le sirva a Pekín para recabar datos de los estadounidenses, establecer un sistema de vigilancia y distribuir propaganda y desinformación. ByteDance, la propietaria de esa red social, siempre ha negado estar bajo control del gobierno chino.
Asesorado por los halcones anti chinos de su ejecutivo, en especial el secretario de Estado Mike Pompeo y Peter Navarro, responsable de la oficina comercial, Trump vio la oportunidad de dar con otra baza en contra del gigante asiático. Tenía la convicción de que esto le aportaría votos en un momento en que, según las encuestas, su campaña zozobra frente al rival demócrata Joe Biden, al que tratan de retratar como un político débil frente a China.
Su anuncio cogió desprevenidos a otros de sus asesores, que consideraron un error hacer ese anuncio cuando Microsoft había iniciado negociaciones con ByteDance. Esos asesores le indicaron que la compra estadounidense podía acabar con el problema de seguridad, sin olvidar que su prohibición podría verse como una censura y un agravio para millones de jóvenes con derecho a voto.
Trump añadió que desaprobaba que Microsoft pujara por esa plataforma. La tecnológica de Redmon comunicó que dejaba en pausa las negociaciones.
Pompeo aseguró el domingo que la orden llegaría esta semana, sin retraso. A esa hora Trump ya había hablado por teléfono con Satya Nadella, que logró convencer al presidente de aparcar un tiempo su amenaza. Trump autorizó la negociación, que incluyen también las ramas de Canadá, Australia y Nueva Zelanda.
“Microsoft se va a mover con rapidez para proseguir la discusión con ByteDance, la empresa propietaria de TikTok. Se desarrollará en las próximas semanas y la negociación concluirá no más tarde del 15 de septiembre”, aseguró la compañía en un comunicado. Para Microsoft supone la oportunidad de entrar en competición con Facebook y Google.
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